Laura Delgado, Valentina Espinosa, Camila Fernandez, Jaime Guerra y Nayabet Morales; Castilian es el nombre creado para nosotros, el grupo número 3 encargados de hacer nuestra primera critica literaria. La Celestina, será nuestra primera-y quizás última- critica.

29 de noviembre de 2010

Un supuesto autor... Fernando de Rojas

Fernando de Rojas

Autor de la obra “La celestina”, aunque en una época se atribuyo la doble autoría. En el s.XIX, sin embargo, se llega a dudar de la existencia de Rojas, hasta que Serrano y Sanz (1902) y Del Valle Lersundi (1929) demuestran con documentos su existencia y su autoría.


Escritor, letrado, político y humanista español de finales del siglo XV y principios del siglo XVI. Escritor español, autor de La Celestina. Nació hacia el 1470 Fernando de Rojas procedía de una familia acomodada de judíos conversos de cuatro generaciones que fue perseguida por la Inquisición. Estudió derecho en Salamanca y, como todos lo estudiantes salmantinos de aquella época, debió de cursar tres años obligatorios en la Facultad de Artes, por lo que seguramente conoció los clásicos latinos y la filosofía griega. En posesión del título de bachiller en Leyes, para el que tuvo que estudiar nueve o diez años, comenzó a ejercer como abogado en Talavera, de donde llegó a ser alcalde.Se casó con Leonor Álvarez de Montalván y tuvieron varios hijos. De estos datos se puede deducir que Rojas vive sin problemas como hombre de negocios y como jurista, lo que desmonta el tópico de un Rojas angustiado y preocupado por su sangre de converso.


Lo curioso es que, tras el éxito de La Celestina, no volvió, que se sepa, a escribir ninguna obra más, y ni siquiera ésta fue una obra de la que él se sintiera especialmente orgulloso: a su muerte sólo cita un ejemplar en su biblioteca, y el mayor de sus hijos no lo quiso para sí, porque el valor del mismo era entonces de "diez maravedís", el equivalente a medio pollo. Murió el año de 1541 sin hacer la menor alusión a su obra -que pronto se conoció como La Celestina-. Se discute que su situación haya sido la que se suele esperar en un converso, es decir, la de alguien acosado por una sociedad cruel. Su testamento refleja el estado de un hombre respetado y dotado de un considerable patrimonio. En todos los procesos de hidalguía en el que se le relacionó, fue considerado y declarado como "hidalgo viejo y conocido", por lo que habría que rechazar las teorías que lo sitúan en el seno de una familia de judíos conversos.

No se le conocen a Fernando de Rojas más obras de su autoría. Su contacto con el nuevo pensamiento se produciría en la Universidad de Salamanca, que a finales del siglo XV se abre a las corrientes del Humanismo italiano y del Nominalismo parisino y recibe la visita de conocidas figuras de la nueva dialéctica prerrenacentista.




Obra de Fernando de Rojas


En pocos casos una obra única ha proporcionado a su autor el reconocimiento universal. Este es el caso de Fernando de Rojas con La Celestina.
La obra ya había circulado manuscrita antes de ser impresa en 1499, bajo el título de "Comedia de Calisto y Melibea" y reimpresa en 1500 con la denominación "Tragicomedia de Calisto y Melibea".

Curiosamente no se halló ningún ejemplar de "La Celestina" en el catálogo de obras de la biblioteca personal de Fernando de Rojas.
El estilo literario de Fernando de Rojas ha de centrarse pues en su obra única y plenaria.

"La Celestina" denota una clara contraposición de lenguajes: por un lado la lengua culta y colmada de cultismos y fenómenos léxicos más cercanos a la raíz grecolatina, utilizada por los personajes de alta alcurnia: Calisto, Melibea, Alisa, Pleberio; por otro lado, la jerga procaz resabiada de populismos utilizada por el personaje central de la comedia, Celestina, así como por los criados Sempronio y Pármeno, o por las prostitutas Elicia y Areúsa. Este lenguaje cobra tintes humorísticos muy populistas en determinadas ocasiones: así, las intervenciones del personaje rufián que es Centurio están colmadas de construcciones e ingenios destinados a entretener y provocar la hilaridad del público. En fin, en La Celestina se muestra en todo su esplendor la naturaleza y variación del lenguaje castellano o español.





Todo lo dicho no puede hacernos olvidar que Fernando de Rojas pretendía una finalidad didáctica o moral con su obra. En efecto, quería corregir el vicio de los jóvenes de dejarse llevar por sus impulsos amorosos sin atender a las razones y consejos de los padres, así como castigar a todos aquellos que se dejan llevar por los consejos y prosapias de terceros ajenos a una relación, los alcahuetes o las alcahuetas.

1 comentario:

  1. Una pena que la aparente originalidad de la web vaya en detrimento del texto.

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